Avasalladora, descomunal
Así es la pasión
Arremete y arrebata
Atropellando el deseo
Tal como el fuego
que arde sin cesar
Ondeando de repente
Enormes llamaradas
Esos ojos que cuando la miraban
Le quemaban como fuego
Hacían girar al mundo
Y detener el tiempo
Son los que tanto le hicieron sufrir
Por más que luchó
Contra esas absurdas
Pero ligantes ataduras
Ya la había trabajado
Hipnotizándola con el veneno
Hundiéndola en el pantano de su labia
Hasta el arrabal
Donde ahora se encontraba
Como el fuego
