Son las 11:55 pm, no puedo dormir. Te vi merodeando por la calle buscando encontrarte con mi mirada, debo decir que no tengo miedo, me da tristeza tener que irme así…
—Tu hora final ya esta fechada, mañana tendrás que acompañarme— sentenció la muerte de manera pasiva.
— Aún no estoy lista, me faltan muchos años por vivir, cumplir mis sueños, disfrutar cada dia—suplicante conteste.
–El tiempo solo es una fantasía, considerate afortunada por que tu llamado esta siendo anticipado, mejor gracia divina no pudiste recibir— me dijo mientras hacía pasar frente a mi, fotografías vivídas de mi existencia.
–Pero… — pensaba, cuando inmediatamente ella desaparecio, quedé suspendida en el silencio…
—No quiero esperar a mi último día para vivir, ni dejar asuntos inconclusos.
Un último café por la mañana mientras enamoro al sentimiento con canciones y luego escribir unas líneas en mi diario para que quedé muy bien asentado qué al final de mis días intente ser feliz y pinté las tristezas de mi pasado con los elementos más bondadosos que el cielo me pudo permitir. Pedir perdón, decir te amo, seguir andando, quizás en otro mundo, quizás con otra gente, quizás con las mismas bendiciones con las que nací, con las que sufrí y reí.