En la secundaria recibimos la visita de varias preparatorias, CETIS, CONALEP y CEBTAS, esta última del poblado de Huitzilac nos dió una carpeta con varios dibujitos impresos era de la carrera técnico agropecuario. En ese momento me emocionó pensar que podría criar animales, curtir pieles, hacer mis propios embutidos, quesos yogures y mucho más. Le conté a mi abuelita y me dijo que eso era “campesino con título “ el corazón se me hizo chiquito y debí estudiar en la escuela que mi tía, su hija daba clases, ahí conocí el mundo de los hongos que por no encajar en el grupo de plantas ni el de animales me pareció un reino fantástico, sumado al estilo hippie que siempre me ha caracterizado. Salí con mención honorífica de una carrera que yo no había escogido.
Ya casada entre a la carrera y quedé, quería ser bióloga y especializarme en micología, por cuestiones de la vida no pude continuar
Pero no se queda ahí la historia. Ya casada me decidí a estudiar la carrera de mis sueñosingenieria en producción animal que con muchos sacrificios terminé ya teniendo a mis dos pequeñas.
Y ello me llevó a emprender proyectos de criaderos, aprender a manejar, ya casi tenía todo lo que había soñado, me faltaba desarrollar las artes culinarias, a las que dediqué más años que a mi carera universitaria, en su momento tal como me lo prometí le hice su pastel de XV años a mi primogénita, varios de bodas, galletas, gelatinas, panes, etc.
Soy afortunada por contar con mi esposo, hijas, el perro de mis sueños y un carrito en el que me puedo mover libremente. Estoy en el proceso de recuperar mi salud física y mental.
Me gustaría influir sobre la salud de las personas, viajar, conocer lugares con mi esposo, tener tres nietos y lo que Dios me añada.