¿Por qué lloras?
Sigo aquí.
Muchos fantasmas rodean tu doble vida:
en casa de tus padres ya conocen el infierno que nos contiene.
Hoy golpeé al gato.
No entiendo por qué
llora por todo.
Tú y él se parecen
en su presencia ausente,
fría.
Con su rostro de “todo está bien”
evitan la sangre.
Todo lo lavan con llanto.
Solo se alimentan de carne
por la mañana,
por la tarde,
por la noche.
No saben digerir la tempestad, el presente.
Se la pasan soñando.
Son el mismo sueño.
Yo soy diferente:
a mí me gusta ver gritar el cielo.