Lo rodeo la curiosidad. Ahora que había muerto podrían descubrir lo que celosamente guardaba en él.
Premeditadamente dejó un sobre con una carta que a secas decía: “ésta llave abre el cofre”
Al abrirlo encontraron un cordón umbilical y un certificado de nacimiento, que echaban por tierra “su verdad” quedando al desnudo su reputación.