Antes de otra cosa definamos la palabra vicios. Inclinación de una persona a realizar actos contrarios a la moral establecida.
Práctica, conducta o hábito que se considera una falta, un defecto, una enfermedad o un mal hábito.
¿La moral establecida? ¿Un mal hábito? ¿Una enfermedad?
Si de eso se trata he de confesar que ya no fumo ni tomo y nunca me he drogado acúsome de tener vicios empedernidos por algunas cosillas.
Soy aficionada a coleccionar historias, pues de personas que recientemente conozco las obtengo, en ocasiones hago preguntas no tan fáciles de contestar.
También las historias de internet me enganchan, trato de analizar del porqué de tal o cual cosa que llame mi atención, quizá porque es algo que yo misma hago o tal vez nunca haría.
En especial las de personas mayores, las privadas de su libertad, las que han pasado por cosas paranormales o han estado en medio de desastres naturales, en fin, historias que pueden herir la sensibilidad de más de uno, le llaman morbo.
Quizá sea mi necesidad de un extra de adrenalina en mi vida, para tener temas de conversación o una simple curiosidad exhacervada.
Otra adición que fue motivo de cuestionamiento por parte de mi psicóloga y mi psiquiatra fue el tema de las compras, echándole la culpa a la carencia de serotonina. Hoy especialmente me di cuenta de ello al pasar por un negocio de cosas chinas y sentir una mezcla de impotencia y coraje porque !no me hacia falta nada de lo que ahí había!
Ya no soy la niña de los plumones, ahora soy la señora de la papelería completa en cuanto a herramientas no hay cosa que necesite, solo me hace falta la capacitación y el talento.
En una ocasión oí a alguien decir que su mamá coleccionaba calzones y monederos. ¿ porqué creen? Fue de lo que en su niñez careció.
Yo siento que tuve muchas cosas pero me faltó con quien compartirlas.
La última manía es la obsesión por los logros académicos y las capacitaciones.
Mi hija mayor aveces no sabe que contestar cuando le preguntan a qué me dedico, a veces les dice que soy chef, a veces ingeniera, otras maestra, dependiendo el sapo la pedrada diría mi abuelita.
Me he detenido, he parado, esperando a que se asienten las aguas que la tormenta agitó para determinar la línea a seguir.
Práctica, conducta o hábito que se considera una falta, un defecto, una enfermedad o un mal hábito.
¿La moral establecida? ¿Un mal hábito? ¿Una enfermedad?
Si de eso se trata he de confesar que ya no fumo ni tomo y nunca me he drogado acúsome de tener vicios empedernidos por algunas cosillas.
Soy aficionada a coleccionar historias, pues de personas que recientemente conozco las obtengo, en ocasiones hago preguntas no tan fáciles de contestar.
También las historias de internet me enganchan, trato de analizar del porqué de tal o cual cosa que llame mi atención, quizá porque es algo que yo misma hago o tal vez nunca haría.
En especial las de personas mayores, las privadas de su libertad, las que han pasado por cosas paranormales o han estado en medio de desastres naturales, en fin, historias que pueden herir la sensibilidad de más de uno, le llaman morbo.
Quizá sea mi necesidad de un extra de adrenalina en mi vida, para tener temas de conversación o una simple curiosidad exhacervada.
Otra adición que fue motivo de cuestionamiento por parte de mi psicóloga y mi psiquiatra fue el tema de las compras, echándole la culpa a la carencia de serotonina. Hoy especialmente me di cuenta de ello al pasar por un negocio de cosas chinas y sentir una mezcla de impotencia y coraje porque !no me hacia falta nada de lo que ahí había!
Ya no soy la niña de los plumones, ahora soy la señora de la papelería completa en cuanto a herramientas no hay cosa que necesite, solo me hace falta la capacitación y el talento.
En una ocasión oí a alguien decir que su mamá coleccionaba calzones y monederos. ¿ porqué creen? Fue de lo que en su niñez careció.
Yo siento que tuve muchas cosas pero me faltó con quien compartirlas.
La última manía es la obsesión por los logros académicos y las capacitaciones.
Mi hija mayor aveces no sabe que contestar cuando le preguntan a qué me dedico, a veces les dice que soy chef, a veces ingeniera, otras maestra, dependiendo el sapo la pedrada diría mi abuelita.
Me he detenido, he parado, esperando a que se asienten las aguas que la tormenta agitó para determinar la línea a seguir.
