La fe está en todo. Nada existiría sin ella.
Perder la esperanza y la fe son sinónimos que no encuentran sentido sin la confianza que se tiene en ser, hacer o lograr algo.
Desde un acto cotidiano de la vida como cruzar una calle y confiar en que los autos se detendrán.
Cuando te dan un diagnóstico y debes confiar en el criterio médico.
Cuando sientes que no podrás continuar
luchando e intentas dar un poco más.
Eso y más, mucho más es la fe. La certeza de lo que no se ve la confianza de lo que se espera.
Tenemos fe en que mañana estaremos aún aquí para hacer lo que nos hemos propuesto.
Yo tengo fe en que mañana será mejor, en las personas, en mi respaldo familiar y amistoso, en las promesas que Dios me hace, en una vida venidera eterna, magnífica, de la que nadie, nadie tenemos una mínima idea, en la que habrá exclusividad sí y condiciones también, aunque se piense lo contrario habría que concienzudamente investigarlo y no sólo especular al respecto.