Amo serlo, tener esas profundas e inmensas raíces sumergidas en la sangre que corre por mis venas, heredada de mi gente luchona, cálida y solidaria en momentos de necesidad y desgracia.
indomable ante las viscisitudes que la vida le presenta y que nunca le faltará para con sinceridad invitarte “un taco”.
Ahora que entrando al tema gastronómico en lo que somos riquísimos en toda la extensión de la palabra, pues poseemos una gran diversidad a lo largo y ancho de norte a sur, en cada rincón un delicioso sazón, único, especial e irrepetible, que se gesta inicialmente en los hogares, extendiéndose a las fondas, mercados y restaurantes.
Es importante recalcar que para guisar no se requiere de estudio previo, sólo de la inteligencia y sabiduría ancestral culinaria que se hereda de generación en generación. Legar estos conocimientos tiene un incalculable valor, se nos inculca desde muy pequeños la dieta de la Milos que consiste en maíz, frijol, calabaza, quelites, chayotes, hongos y algunos insectos.
Es una llamita que la modernidad aún no logra apagar, pues mientras haya quien continúe replicándolo no morirá. Yo no permitiré en lo que a mi respecta que muera.
El surrealismo de mi país se exacerba en las relaciones culturales, sociales y de lenguaje, en esta últimas es difícil de entender si no se es mexicano.
De los 177 pueblos mágicos tengo la dicha de conocer 55 de donde he adquirido hermosas artesanías creadas con inmensa imaginación con la que dan vida a esas exquisitas obras irreplicables, cada una con su toque y trozo que el autor imprime en ellas. Pienso que de esta forma los ayudo, pero equivocadamente, pues en realidad ellos lo hacen conmigo pues me permiten recrear mi pupila con piezas que me abren un universo vi finito de posibilidades que antes no hubiera si quiera logrado imaginar.
Mi país tiene lugares hermosos, sencillos, que una vez que has mirado son imposibles de arrancártelos del corazón.
Aún tengo un gran camino por recorrer, sitios por conocer, platillos por degustar, atardeceres por admirar, desiertos y mares por transitar y mucho, mucho más de lo que me pueda impregnar.
