Sobrevivir al torrente de mis emociones debería considerarse uno de mis talentos desconocidos, pero, sé que las demás personas también enfrentan día con día una batalla personal de la que casi nadie sabe.
Creo que hay algo más que encerrarse a sufrir a solas. Tener la capacidad para el arte, el deporte o un oficio. Una luz, felicidad, la sensación de estar viva, despierta, presente
Quizás lo más especial en mi, se trate de saber escuchar a la gente, de ser una especie de imán que los atrae, para que me cuenten su vida. Lo único que hago es escuchar asintiendo de vez en cuando o negando con la cabeza. Y entonces al comparar mi vida con la de ésas personas, considero que he sido bendecida, o es mi forma de no entrar en el bucle de víctima. Me parece sanar su alma mientras guardo silencio, me parece aligerar su carga negativa mirando su rostro atentamente por no decir que inconscientemente soy yo la que se siente escuchada y comprendida. Pero lejos de todo eso me gusta escuchar sus historias. Con mucha suerte podría adornar su escenografía tal y como ellas, sanan mi alma y transforman mi pensamiento.