Mansedumbre y humildad caracterizaron su vida.
Muerte vergonzosa e injusta , que resuena de amor hasta nuestros días.
Una copa del elixir de su sangre bastó para mí salvación.
Me aferró a ello aún cuando siento desfallecer la esperanza, en la que muero y resucitó en cada perdón que él me otorga.
Sión